La final de un Mundial siempre es un partido que se recuerda en el imaginario colectivo futbolístico de todo el mundo. Un partido celebrado cada 4 años y que proclama como mejor equipo del mundo al combinado nacional de un país, que tiene que defender su entorchado en los 4 años posteriores. Lo normal (y así es como ha sucedido en las últimas ediciones) es que este encuentro se dispute entre dos selecciones con un gran renombre y tradición futbolera.
Fue el caso del Mundial ’98, disputado en Francia, en cuya final pudimos disfrutar de un grandísimo encuentro, que enfrentaba a la que entonces era vigente campeona del mundo, Brasil, con Francia, selección que, aunque todavía no disfrutaba de ningún campeonato mundial en sus vitrinas, llegaba al mundial disputado en su país con un equipo de jóvenes jugadores, que cumplió ampliamente con las expectativas.
Brasil vs Francia: el camino a la final del ’98
Brasil y Francia comenzaban la fase final del Mundial desde posiciones tremendamente diferentes: Brasil llegaba como vigente campeona y principal favorita, con un equipo repleto de grandes estrellas, como Roberto Carlos o Ronaldo; y Francia llegaba al campeonato mundial tras no haberse podido clasificar para la fase final de los dos últimos mundiales disputados.
Pese a esto, ambos combinados se clasificaron para la final con un camino bastante similar. Tanto Brasil, como Francia, llegaron clasificadas a la última jornada en la fase de grupos (primera vez que se incluía esta modalidad dentro de la fase final); aunque Brasil se dejó ir y perdió ante Noruega, mientras que Francia aplastó de principio a fin, con 3 victorias, 9 goles a favor y únicamente uno en contra. Dos de los grandes favoritos cumplían las expectativas clasificándose con facilidad.
El trayecto en las eliminatorias a partido único también fue parecido: ambas selecciones tuvieron que recurrir a una tanda de penaltis (Brasil frente a Países Bajos en semifinales, y Francia en cuartos de final frente a Italia); y todos sus partidos fueron bastante más ajustados que en la fase de grupos (salvo la goleada de Brasil a Chile en octavos de final, 4-1).
La final del Mundial ’98: Brasil vs Francia
La previa
La previa a la gran final de Mundial ’98 estuvo, sin dudas, marcada por la desaparición del entonces mejor jugador del mundo y uno de los mejores brasileños de la historia, Ronaldo, del once titular de Brasil, e incluso de la convocatoria.
Pese a que en un primer momento se evitó dar a la prensa cualquier información, lo cierto es que Ronaldo sufrió unas convulsiones antes del partido, que provocaron su salida del encuentro. Sin embargo, tras un examen médico en el que no se le detectó nada extraño, Ronaldo volvía al once 30 minutos antes del comienzo del partido.
Las alineaciones/onces titulares de la final
De este modo, las selecciones de Brasil y Francia formaron en la final con los siguientes jugadores:
Francia
POSICIÓN | JUGADOR |
---|---|
Portero | Barthez |
Defensas | Thuram Desailly Leboeuf Lizarazu |
Centrocampistas | Deschamps Karembeu Petit Zidane Djorkaeff |
Delanteros | Guivarc’h |
Brasil
POSICIÓN | JUGADOR |
---|---|
Portero | Taffarel |
Defensas | Cafú Aldair Roberto Carlos Junior Baiano |
Centrocampistas | Rivaldo Dunga Leonardo Sampaio |
Delanteros | Bebeto Ronaldo |
El partido
La canarinha llegaba a la cita mundialista como favorita, papel sobre el que cumplió las expectativas hasta la cita final. Desde el primer minuto del encuentro, los brasileños (aunque con grandes excepciones, normalmente suelen celebrar en los grandes partidos) fueron ampliamente superados por Francia, seguramente aturdidos por el suceso previo al partido.
Los jugadores de la selección gala, alentada por un Stade de France abarratado, salieron decididos a llevarse la final por la vía rápida, y, de este modo, en el minuto 25 Zinedine Zidane remataría a la red un centro botado por Petit, para poner a Francia por delante en la final de ‘su’ Mundial.
Tan solo 20 minutos más tarde, en las postrimerías de la primera parte, en otro córner, esta vez botado por Djorkaeff, Zidane volvía a cabecear la pelota para introducirla en el fondo de las mallas. Se llegaba al final de la primera parte y los franceses contaban con una ventaja de dos tantos.
Durante la segunda parte, ‘les bleus’ se limitaron a defender su ventaja, frente a la absoluta inoperancia de Brasil para crear peligro, que, ni con la expulsión de Desailly en el minuto 68, logró crear ningún tipo de peligro.
Finalmente, los franceses le pusieron la puntilla al combinado brasileño, cuando, en el minuto 92, una contra dejaría a Petit mano a mano con Taffarel, para cruzar el balón al palo más lejano y redondear el marcador: 0-3 y Francia campeona del mundo en su país.
La final de Zinedine Zidane
Aunque la generación al completo fue fundamental en la conquista de ‘su’ Mundial (Djorkaeff, Deschamps, Vieira, Desailly, Thuram…) hubo un jugador que destacó entre todos ellos, y que permitió que, Francia, con un ‘9’ bastante vulgar, como era Guivarc’h, pudiese proclamarse campeona. Este jugador fue un tal Zinedine Zidane, que se había perdido el último partido de la primera fase y los octavos de final, por pisar a un jugador de Arabia.
El bueno de Zinedine, quiso redimirse de esta situación, con una actuación en la final que maravilló al mundo entero. Su fútbol brilló en todo su esplendor: machacó a Brasil con dos goles de cabeza, y con un control de balón pluscuamperfecto, ante el que los brasileños nada pudieron hacer. Zinedine empezaba a encumbrarse un nombre histórico en el fútbol a base de goles importantísimos en grandes finales.
De este modo, un joven de nacimiento marsellés, pero hijo de una familia argelina, se convertiría en el gran símbolo de la Francia multirracial, al dar al país su primer Mundial de la historia.